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miércoles, 3 de abril de 2013

CAPÍTULO 2: cosas inesperadas.

-Bien chicos, esta vez alguien se quedará solo, ¿vale? Pensad un número del uno al cinco y quienes escojan el mismo número serán compañeros de pupitre. En caso de no haber coincidencias se repetirá. ¿Listos?
"Piensa el seis"
Parpadeé, perpleja.
-Bien, ¿qué número habéis pensado? Yo, el tres.- Víctor sonrió triunfal.- ¿Alguien más aparte de mí?
Dianne rió tontamente y levantó su escuálido bracito tímidamente. De alguna forma parecía que ya sabían que iban a estar juntos. Eso me hizo recordar la voz de mi cabeza. "Piensa el seis." Ahora quedaría como una estúpida porque era incapaz de hacer trampas. Iba a decir el seis. Suspiré.
-Samayra, ¿tu número?
Samayra sonrió. Parecía un lobo, y el parecido me dio escalofríos.
-El dos.- se giró al Chico Aún Sin Nombre, con una sonrisa aún más lobuna.
-¿Alguien más?- Víctor se rascó la cabeza, pensativamente, como si alguien le hubiera dicho algo.
Nadie levantó la mano.
Por primera vez, Samayra parecía confusa, y aquello me hizo emitir una pequeña sonrisa.
-¿Cath...?
-El seis.- Samayra rió a carcajadas en cuanto oyó la estupidez que había dicho, y lo entendí. Parecía imbécil.  
A la mierda con las voces de mi cabeza.
-Eh... bueno... ¿alguna coincidencia?
Chico Sin Nombre levantó la mano.
-Yo también he pensado el seis.

                                                 *                         *                        *

-Espera, espera, ¿qué?- Samayra tenía los ojos desorbitados del horror.
-Parece que te quedas sola, Sam.
Sonreí ampliamente.
-Lo siento, "Sam".
Me miró con sus ojos hinchados de rabia y masculló algo ininteligible, pero me sentó bien bajarle los humos a aquella idiota sin escrúpulos.
El chico y yo nos sentamos en un pupitre al azar, e incómodamente le pregunté su nombre.
Sonrió con superioridad.
-¿Y si pruebas a ganártelo?
 Me estaba empezando a hartar de tanto idiota suelto, así que le contesté airadamente:
-¿Y si pruebas a dejar de hacerte el superior y confías en alguien de una puñetera vez, porque con tu diatriba de "soy superior" no convences a nadie?
No contestó.
-Imbécil...- mascullé entre dientes.
El profesor entró.
-¿Listos para una divertida clase de Astrología?

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